domingo, 5 de febrero de 2012

Intentar cambiar a nuestros maridos

Salam aleikum wa rahmatulah wa barakatuh, os dejos un texto que ha llegado a mis manos que me ha gustado mucho y me ha hecho reflexionar largamente. Espero que pueda ayudarnos un poco a mejorar la relacion con nuestros maridos y dejar de intentar cambiarlos de la forma que lo solemos hacer, ya que por lo general nuestra situacion no sera tan extrema como la que se narra y nos sea mas facil llevarlo a cabo, insha allah. Que Allah bendiga nuestros matrimonios y nos de la felicidad con ellos, amin.

MI AMIGA LA REINA

Cuando yo era una esposa joven, mi mejor amiga tenía un marido inconverso. Ella siempre me recordaba a una reina. Ella tenía una presencia singular, además de su belleza, aplomo e inteligencia. Era hija de un pastor, criada muy religiosamente, con normas elevadas. Pero cuando tenía 17 años de edad, se encontró con un joven encantador, el primer hombre que jamás hubiera mostrado interés en ella. Ella “se enamoró” a primera vista, y se casaron a escondidas. Ella pronto descubrió que su marido era muy trabajador “cuando” trabajaba. Pero tenía varios malos hábitos que incluían el uso del tabaco en diversas formas, maldiciones, gritarle a ella cuando se enojaba y pornografía. Para cuando yo la conocí, ella había llegado al arrepentimiento y estaba tratando de lograr que funcionara este matrimonio de yugo desigual. Mediante la gracia de Dios y su creciente temor del Señor.

Cuando él era descortés o insensible, ella no se envanecía con justa indignación. Cuando él era cruel y la maldecía, ella era amable y lo soportaba. Toleraba sus descuidos y creía que traería a su casa su salario en lugar de gastarlo en el camino. La mayor parte del tiempo, pudo soportarlo todo con alegría y gratitud.

Cuando ella vino a pedirme consejo, oculté lo que yo sentía y le dije: “Para honrar a Dios tienes que honrar a tu marido.” Cada día yo sentía que estaba presenciando una batalla celestial, y Dios estaba ganando. Aparte de su uso de pornografía, el vicio que le causaba más repugnancia a ella era su suciedad física. Por supuesto, ella le decía cuanto le gustaría a ella, y lo bien que se sentiría él, si se bañara.


Lo que lo ganó no fue que ella  tuviera su fe devocional. Lo ganó porque respondió frente a él con honra y afecto. Jamás se le ocurrió a ella avergonzarlo ni impresionarlo con su religión, que era auténtica. Y no honraba a su marido porque así hubiera sido enseñada durante su crianza. Era un milagro diario para ella. Ser testigo de su experiencia desarrolló fe en mi como nada lo hubiera hecho antes.


Su marido trabajaba toda la noche en una fábrica. Todos sus compañeros de trabajo eran borrachos y fornicarios. Una madrugada, cerca de la hora de la salida, algunos de los hombres empezaron a quejarse de sus esposas, contando lo perezosas, irresponsables, deshonestas, desleales, corrientes, tristes, gordas y feas que eran sus esposas. Jim, el marido de mi amiga, no decía nada. Finalmente uno de los señores le preguntó a Jim por su esposa. Era la primera vez que se había puesto a pensar en su esposa en comparación con las esposas de sus compañeros, y de pronto se sintió profundamente agradecido. “Ah, no les voy a platicar acerca de mi esposa, porque todos ustedes se pondrían muy molestos.” Los hombres insistieron, así que Jim les dijo, “Ella es hermosa, con cabello largo y rubio. Siempre es tan dulce; hará lo que sea por mi. Ella considera que soy el tipo más codiciable” Todos ellos estaban muy molestos, seguros de que él les contaba una gran mentira. Él les dijo, “Cuando yo llegue a casa en la mañana, ella estará muy arreglada y preparándome mi desayuno, y me recibirá en la puerta con un beso muy sensual.” Como todos los señores ya habían dicho que sus mujeres se levantaban tarde y nunca les preparaban desayuno, se negaban a creerle a Jim. Después de una conversación acalorada con muchas maldiciones y habladurías, Jim presumió, “Apuesto que yo podría llegar a casa con todos ustedes para desayunar, y ella gustosamente les prepararía el mejor desayuno de su vida y todo con una sonrisa.””Imposible” le contestaron. Después de más presunciones, terminó por llevar a cinco de ellos a casa con él esa mañana, sin llamar a su esposa para avisarle.

Ahora, su joven esposa en casa, ignoraba por completo lo de sus conversaciones, y no tenía ni idea de que estuviera de por medio la reputación de su marido.


Esta joven estaba a punto de convertirse en corona de su marido, o carcoma. Con todo lo indigno que era él, la conocía y confiaba en ella. Ella se había ganado su confianza.


Esa mañana, a las 6:30, ella lo recibió en la puerta con un rostro radiante de amor. Pero en lugar de un hombre apestoso, masticador de tabaco, eran seis - cinco de ellos con expresiones de algo de pena y aprehensión. Aunque sorprendida, respondió alegremente, “Oh mi amor! Veo que has invitado a tus amigos” Delante de estos hombres, este saludo ya era una gran victoria y un honor para Jim. Él pasó a sus compañeros a su casa y le dijo ásperamente a su esposa, “Prepara desayuno para mis amigos.” Esto era pedir mucho, porque esos hombres eran capaces de comerse todo lo que ella había comprado para los desayunos de la siguiente semana. Jim ganaba un salario de pobreza, y no era muy cuidadoso con su dinero. Lo que le sobraba era de ella para que completara como pudiera. Ella fue a la cocina y oró en silencio, “Señor tu sabes que tengo que dar de desayunar a seis hombres esta mañana. Porfavor ayúdame.” Preparó todos los huevos, guisó todas las papas, horneó una enorme canasta de pan, y además preparó una salsa ranchera. Su despensa para toda la semana la sirvió amablemente en una mesa con mantel blanco como la nieve. Los hombres sucios permanecieron callados de pena mientras ella les servía. Era un momento de coronación para Jim. Todos estos hombres percibían instintivamente que nada volvería a ser igual entre ellos. La esposa de Jim lo trataba con honor. Él sí era diferente a ellos. Los hombres desayunaron, luego se levantaron y se salieron. Han de haber observado que Jim jamás le dio las gracias a su sonriente esposa.



Ella lo había honrado en el momento más crítico, frente a sus amigos. Ella lo honró porque le creía a Dios y decidió obedecer a Dios honrando a un hombre que no merecía su honor. Ella hizo a un lado sus sentimientos de rechazo, de resentimiento y de ser usada, y se condujo de manera casta. Ella fue corona de su marido



Las cosas repugnantes y toscas fueron desapareciendo una por una, tornándose en amorosa consideración, no porque ella se lo exigiera, sino porque ella se lo había ganado a él con su conducta casta y respetuosa. Cuando él la miraba a los ojos veía a un hombre mejor de lo que él sabía que era. El amor hizo que él deseará ser digno de su confianza en él. La moraleja de este relato es que tratando a su marido como un rey, ella se convirtió en una reina que Dios usó para ganarlo a él.

Mi amiga respondió ante su marido con la dignidad de una reina. Él se sentía orgulloso de la belleza de ella, Estaba orgulloso de su dignidad y aplomo. Se sentía honrado de que una mujer como ella lo tratara con tanta reverencia.



Un hombre resistirá con todas sus fuerzas a quienes se enfrenten a él. La mayoría de las mujeres se pasan la totalidad de su vida de casadas en conflicto con sus maridos, tratando de cambiarlos. Es un conflicto de voluntades que ninguna mujer jamás ha ganado plenamente, porque aun cuando logre que él ceda, ella pierde el corazón de él, y él pierde su propia dignidad.



Mientras las mujeres tendemos a ver todo en términos de “quién tiene la razón y qué es lo correcto”, Dios nos dirige autoritariamente hacia lo que realmente importa – “¿A quién he entregado el mando, y a quién hice para que fuera su ayuda idónea?” Cuando una mujer se resiste a un hombre o intenta cambiarlo, lo vuelve más obstinado, y su propio corazón se llenará de amargura. Si la mujer obedece a Dios, no habrá nadie a quien el hombre se tenga que enfrentar, resistir, dominar, conquistar o derrotar. La fuerza más grande de la mujer radica en obedecer a Dios, obedeciendo y honrando a su marido. Cuando abandona el orden establecido por Dios, se está exponiendo a una vida tormentosa, de amargura y derrota para ambos.

10 comentarios:

  1. Ay... éstas son las cosas que me cuestan, C. El fondo, sin entrar en la religión, parece muy comprensible. El hecho de respetar tanto a alguien que empiece a respetarse a sí mismo. Sin embargo, la historia es un caso extremo... no sé si tendría tanta paciencia... aunque he de reconocer que no la necesito, tengo un marido que me aguanta más a mí que yo a él, la verdad, que tengo mu mala leite! Y es un padrazo! A ver si os hago un poco de caso y le mimo más... Un abrazo! (como siempre, es un placer inmenso leeros...)

    ResponderEliminar
  2. Bueno, da mucho que pensar.
    Es cierto que a veces intentamos cambiar a nuestros maridos empeñándonos en que sean como no son.
    Y es verdad que se consigue mas por las buenas que por las malas.
    Pero también es verdad que Allah ha puesto obligaciones a los hombres en el trato hacia sus mujeres.
    Yo no estoy en un caso tan extremo. Mi marido no es desagradable conmigo y nunca se presentaría en casa con 6 hombres sucios y sin avisar... je.je
    Pero es cierto que en nuestros roces de la vida cotidiana a veces me gustaría cambiarle en algunas cosillas. Y ahí ayuda mucho la moraleja de la historia que nos has contado.
    Gracias por compartirla.

    ResponderEliminar
  3. Que bonita historia...y que nos sirve para reflexionar en mi caso las cosas que debería de cambiar para complacer a Allah y agradar al marido.

    ResponderEliminar
  4. Lo que viene a decir un poco es que a veces entramos en el circulo vicioso de que porque nuestros maridos no hagan todo bien nosotras actuamos en consecuencia, es decir que si ellos no cumplen en lo que a nuestro juicio deberian, nosotras tampoco. Y eso no esta bien, que ellos pequen no significa que debamos hacerlo nosotras, porque cada uno se presentara el dia del juicio con sus propias faltas. Entonces por encima de lo que ellos hagan bien o mal, que cumplan sus obligaciones o no, nosotras deberiamos concentrarnos en nuestras tareas y nuestros deberes e intentar hacerlos bien por encima de eso, por Allah. Y obtendremos la recompensa por ello y ademas iremos ablandando el corazon de nuestro marido poco a poco y veremos resultados mas duraderos y siceros a largo plazo de esta forma. Y Allah sabe mas.

    ResponderEliminar
  5. Me encanta leerte, C., todo parece tan fácil con tus palabras... Es cierto que cuando todo fluye en casa, las cosas van mejor y los resultados son largos y duraderos... aunque a veces cuesta un montón! Un abrazo enorme, me ha encantado esta entrada.

    ResponderEliminar
  6. Hola C; un blog muy interesante e informativo. Pero este cuento no me gusta nada! Un poco por lo que dice Maribel, que tambien los hombres tienen obligaciones hacia las mujeres... Eso es lo que peor llevo de la mayoria de las religiones, que tiene que ser la mujer la que se adapte al marido y "lo soporte como es, pobrecito"... El cuento me gustaria si al final los hombres que salen apenados de la casa de su amigo fueran a las suyas y actuaran como la mujer, para "ablandar los corazones" de sus mujeres... Pero no, tiene que ser en un sentido solo? Yo esas cosas no puedo aceptarlas, porque yo creo que ningun dios te elige el marido; eres tu la que lo eliges (bueno, quiero pensar que en la mayoria de los casos es asi) y puedes equivocarte. Si acaso habria que ser mas tolerante con los familiares (padre, madre, hermanos, hijos), que esos si que te los elige dios porque tu no tienes nada que decir, no? Llegas al mundo y te toco lo que te toco! Pero luego los amigos y el marido es cosa tuya...

    La moraleja si que me gusta, pero para eso prefiero este cuento:http://www.elespecialista.net/blog/?p=195

    Es que las religiones y yo... pero que conste que estoy rodeada de religiones en mi vida (en mi casa tambien somos multiculturales y en mi familia hay de todo) y las respeto todas! Y en vuestro caso esta claro que os hace mucho bien, suerte que teneis!!!!!!

    ResponderEliminar
  7. Hola Ana, entiendo tu postura porque yo pensaba antes como tu, incluso despues de ser musulmana me costo llegar a entender estas cosas atraves de la vida, de observar y de entender que Dios sabe mas, que tenemos un conocimiento limitado y que actuando de esta forma que aconseja el cuenta conseguimos mucho mas a la larga y lo he comprovado con mi marido.

    Ahora miro el enlace que me has pasado. Por cierto este cuento me lo mando una mujer cristiana ;)

    ResponderEliminar
  8. Si, si por eso me gusta leeros, porque se que antes pensabais como yo y cuando hablais de vuestra religion es muy facil entenderos porque tenemos el mismo "background", que no se muy bien como traducir, el mismo pasado?. Pero mira lo que dice Maribel, que Dios, sea el que sea, ha puesto obligaciones a los hombres en el trato a las mujeres... Como te decia me gusta la moraleja, el que muchas veces la mayoria de las soluciones a los problemas estan en nosotros mismos. Nos gusta culpar a los otros y muchas veces si reaccionaramos de manera diferente a las acciones de otros, no habria conflictos.
    Lei un libro hace tiempo sobre ese tema, "Choice Theory", la teoria de la eleccion, y me parecio interesante. Basicamente dice que si estas triste o enfadado, es tu problema, no lo busques fuera, porque tu eres libre de reaccionar como quieras.
    Que pena que muchas veces la gente use las religiones para atacar a otros, y no hablo de la vuestra sino de la que me dieron a mi, la catolica, que los obispos pasan el tiempo echando pestes por la boca en vez de hacer lo que deberiamos todos: respetarnos, dialogar y aprender unos de otros...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya vi el enlace y me encanto. Se lo mande a una amiga que vive con sus suegros y lo esta pasando mal, a ver si le ayuda un poquito ^^. Que razon tienes que esto de las reacciones, creo que tambien es una cuestion de energia, si te pilla con las pilas cargadas (me refiero a nievel espiritual no fisico) todo se lleva de otra forma y reaccionas diferente a lo mismo. Por eso me ha ayudado tanto mi religion porque es mi fuente de recarga y me ayuda a enfrentarme a las cosas. UN besito!!
      C.

      Eliminar
  9. Ahora veo y entiendo esta entrada y su historia de otra forma.
    Gracias por todo ujti.
    Besos

    ResponderEliminar

Normas de moderación de comentarios (no os molestéis en escribir comentarios ofesivos porque ni los leemos): http://porquesoymusulmana.blogspot.com.es/2012/10/moderacion-de-los-mensajes.html

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...